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Con una mirada seductora, ella se acercó a él en el apartamento, decidida a no parar hasta que él alcanzara el máximo placer.
La estrecha amiga de su hermana siempre le había llamado la atención, y cuando tuvo la oportunidad de estar a solas con ella en el apartamento, no pudo resistirse a probar lo que se escondía entre sus piernas.
El apartamento se convirtió en el escenario perfecto para los encuentros íntimos entre la amiga y su amante secreto.
La amiga siempre le enviaba mensajes traviesos que le hacían imaginar cosas atrevidas.
La madrastra y su hijastro se dejaron llevar por la pasión en el sofá del apartamento mientras el padre estaba fuera de la ciudad.