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La universitaria despertaba en él una pasión tan intensa que parecía que el tiempo se detenía.
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Cada encuentro en el apartamento era un juego de miradas y roces que los dejaba anhelando más.
La madre de su amiga, con su amor incondicional y su dulzura eterna, transformaba el apartamento en un refugio cálido y acogedor.
La estudiante de medicina conocía todos los puntos clave para hacerlo enloquecer de placer.
La tensión sexual entre ellos era palpable, creando una atmósfera cargada de pasión en el apartamento.